domingo, 9 de septiembre de 2012

Con mis 14, casi 15 años, aprendí a que una bardeada física, no afecta lo que quiero hacer en el futuro. Con mis 14 años, aprendí a nunca bajar los brazos y seguir a delante, porque siempre detrás de una montaña que cuesta escalar, cuando llegas a la cima, el paisaje vale todo el esfuerzo que hiciste. Por eso nunca te des por vencido hasta conseguir lo que quieras, porque va a haber buenas recompensas.

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