lunes, 6 de abril de 2015

— El guardián entre el centeno - J.D Salinger

Llegamos a tener bastante intimidad. No me refiero a nada físico —de eso no hubo nada. Lo que quiero decir es que nos veíamos todo el tiempo. Para conocer a una chica no hace falta acostarse con ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario