jueves, 15 de mayo de 2014

En mi cama un Jueves a las 23:19

Y me di cuenta que estaba perdidamente enamorada cuando no quería estar con nadie más. Cuando veía sus fotos y sonreía. Cuando me hablaba, que felicidad; su manera de expresarse era perfecta, capaz de enamorar a cualquiera que se le cruzara en el camino. Me di cuenta que estaba enamorada porque lo extrañaba solo a él, porque siempre pensaba en él, lo quería ver a todas horas. Era como un Dios, perfección, aunque digan que eso no exista; sus ojos, marrones oscuros me encantaban, su pelo negro me volvía loca cada vez que lo veía quería acariciarlo, su boca, mi debilidad.
Yo ciegamente enamorada, lo quería más que a nadie en el mundo, y pienso que aprendí a querer de verdad.
Él también sentía lo mismo, pero por otra persona que no era yo...
No me importó, yo nada más quería su felicidad aunque no sea conmigo. Mientras escribía esto una lágrima caía de mis ojos tristes. Mentía. Quiero que sea feliz conmigo, con nadie más. Quiero ser su pasado, presente y futuro. Quiero que sea mío, y yo ser suya.
Qué egoísta. 

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