sábado, 16 de junio de 2012

Cuando duerme Buenos Aires desespero por volver a verte.

Y yo, que te di todas mis noches a vos, sin lamentos ni reproches. Te di, en las noches y los días, mis mejores melodías en las olas más tremendas de mi vida. Yo te espero todavía, yo creo que el olvido es una fantasía. Y así, destinada a padecerte sigo loca como siempre, inventando lo que sea para verte. En un rincón de mi memoria, sobran noches de tristeza, poca gloria, y soledad. Y en el hueco de los años más dorados caben tus ojos prestados y un adiós para olvidar.

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